Instituto de Salud Libertad
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Manejo de la Conducta Suicida

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Manejo de la Conducta Suicida

De forma general se puede distinguir entre:

  • Parasuicidio, gesto suicida o conducta instrumental: Conducta potencialmente autolesiva en la que es evidente, explícita o implícitamente, que la persona no ha intentado matarse y desea aparentar lo contrario para obtener un beneficio (incluye amenazas, conductas activas, pasivas y la muerte accidental).
  • Suicidio auténtico: Cuando hay una evidencia de que existía la intención de provocarse la
    muerte. Puede ser frustrado o consumado.

Factores de riesgo

  • Sexo. La tasa de suicidios consumados es unas 3 veces más alta en varones que en mujeres en todos los grupos de edad. Los varones suelen emplear en general métodos más violentos y letales (precipitación, armas de fuego) mientras que las mujeres escogen preferentemente la intoxicación medicamentosa.
  • Edad. La tasa de suicidio consumado se incrementa con la edad, mientras que la de tentativa suicida decrece. El grupo de edad con más número de suicidios, en ambos sexos, se sitúa entre los 35 y 44 años.
  • Estado civil. Los separados-divorciados son los que presentan una mayor tasa de suicidios, seguidos de los viudos, de los solteros, y con la menor tasa, los casados. El matrimonio, especialmente si se tiene hijos actúa como factor protector.
  • Medio. El medio urbano se asocia a un mayor riesgo suicida, tanto más cuanto más habitantes tenga la ciudad.
  • Situación laboral. Tanto los intentos de suicidio como los suicidios consumados son más frecuentes en población desempleada.
  • Nivel socioeconómico. la mayor frecuencia de suicidio se produce en los dos extremos de la escala social.
  • Acontecimientos vitales. En los seis meses previos a la tentativa suicida es frecuente encontrar algún tipo de acontecimiento vital estresante. Entre los ancianos se observa con mayor frecuencia la existencia de enfermedades somáticas o jubilación, y entre los jóvenes la problemática económica, la separación y los problemas interpersonales.
  • Enfermedades médicas. Mayor riesgo suicida en pacientes médicos afectados de
    enfermedades que cursan con dolor, alteración de la imagen corporal, de evolución crónica e incapacitantes:
  • Trastornos psiquiátricos.
    • Trastornos afectivos. Cerca del 15% terminan por suicidarse. El mayor riesgo se da en depresiones psicóticas y bipolares. Mayor letalidad si se combina con otra alteración psiquiátrica (Trastorno límite o antisocial, abuso de sustancias).
    • Alcoholismo y abuso de sustancias. En este grupo se da una incidencia de suicidio del 15%. Entre los mecanismos se encuentran la disminución del juicio, cambios del estado de ánimo, aumento de impulsividad y exacerbación de psicopatología preexistente.
    • Esquizofrenia: Cerca del 10% se suicidan. Es más frecuente en varones, en los primeros años de la enfermedad, pocas semanas después del alta hospitalaria y en pacientes con un nivel sociocultural alto.
    • Trastornos de Personalidad. Especialmente los trastornos antisocial y límite. Más frecuentemente conductas suicidas no fatales que suicidios consumados.

Manejo de la Conducta Suicida – Características del Intento

  • Peligrosidad del método. Los métodos violentos (precipitación, ahorcamiento, armas blancas o de fuego) guardan una estrecha relación con la intencionalidad letal. Las intoxicaciones médicas se suelen considerar tentativas menos graves, aunque esto depende del conocimiento subjetivo del paciente hacia la sustancia utilizada.
  • Conciencia de efectividad de la tentativa. Especialmente útil en tentativas suicidas por
    intoxicación. Debe evaluarse el grado de asombro que produce en el paciente las
    consecuencias de su ingestión, dado que en ocasiones existe una creencia errónea acerca de la letalidad del intento.
  • Grado de planificación. La ausencia de factores desencadenantes, la existencia de notas de despedida, realización de testamento o seguros de vida, orientan hacia una premeditación del acto, y por tanto una mayor gravedad.
  • Accesibilidad. Debe tenerse en cuenta si se ha llevado a cabo maniobras para mantener la privacidad del acto o evitar el rescate.
  • Finalidad. Debe evaluarse la posibilidad de que exista una ganancia secundaria en la conducta suicida, lo que implicaría un menor riesgo de consumación del acto.
  • Actitud ante el resultado. Debe explorarse la existencia de sentimientos de alivio ante la
    salvación o si surgen sentimientos de frustración por el resultad.

Psiquiatra

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