Encontramos hoy en día una cierta variedad de formas de psicoterapias entre ellas las que tienen evidencia empírica que las respaldan y otras que no, pero tal ves ninguna de ellas sea la que da una garantía de resultado, ya que ello depende así como diría Reinhold Niebuhr en su oración de la serenidad, del “coraje para cambiar las cosas que puedes cambiar”, lo cual sin duda depende de ti, tu esfuerzo y claro está del apoyo de un profesional experimentado y científico en el problema que presentes.
Una explicación del pasado en terapia resulta interesante para tratar los problemas, porque de niño era muy sugestionable, recogió un montón de normas y valores, y actualmente sigue reteniendo algunos de ellos. Así que fue (y sigue siendo) influenciable. De acuerdo.

Pero las normas, objetivos y valores no le convierten, por sí mismos, en perturbado, aun cuando fracasara lamentablemente en su cumplimiento.

Existen los yo debo, debe ser y sus exigencias acerca de estas normas los cuales son los principales culpables. No importa cuánto le guste el amor de sus padres, la aprobación social o el pan de maíz, no tiene que insistir en que debe tenerlos y que es terrible cuando no es así. Básicamente le enseñaron que estos objetivos son altamente deseables, pero no que debía alcanzarlos exactamente o de lo contrario se acabaría el mundo. Solamente le enseñaron un aparte de este yo debo.

Tiene una cierta opción en cuanto a lo que aprende sigue y retiene. Puede-como hacen muchos-ignorar las normas correctas que aprende. Otra opción-como hacen muchos más-consiste en aceptar esos valores, creer en ellos, normalmente seguirlos, pero sin convertirlos en necesidades perentorias. También su decisión puede ser centrarse en sus intensos deseos personales-hacia un alimento o el amor de una persona en particular-y convertirlos en “necesidades perentorias”, aun cuando su familia y su cultura no le animen a exigir el cumplimiento de estos objetivos personales.

Todo esto demuestra que la comprensión de sus deseos, anhelos, normas y valores es interesante y de alguna manera importante con relación a sus problemas emocionales. ¡Pero en muchas ocasiones no lo es tanto!

Los terapeutas cognitivos hacemos énfasis en la comprensión de sus yo debo, de sus debe ser y de sus exigencias, que desempeñan un papel vital en su perturbación y en cómo puede cambiar. Son sus exigencias específicas; lo ilógicas y poco realistas o prácticas que parecen ser; y cómo las puede remplazar por preferencias lógicas, realistas y prácticas.

El dónde y el cuándo se formaron sus yo debo también es interesante, pero normalmente no demasiado. Probablemente sacó muchos de sus deseos de su educación, estuvo de acuerdo cuando sus padres y profesores le dijeron que era mejor que actuara bien y se ganara la aprobación social. Pero después impuso su propia interpretación, fue más allá de las expectativas de sus padres y decidió que tenía que actuar bien, absolutamente. O desarrolló algunos de sus propios e intensos deseos; y con facilidad en parte debido a su innata tendencia a la desmesura los convirtió en exigencias arrogantes para consigo mismo.

¿Acaso importa exactamente cómo llegó a amargarse con los yo debo y debe ser? Probablemente no, a menos que esté escribiendo su autobiografía.

Repase su historia, si así lo desea, y descúbralo, si es que puede. Si cree que es imposible tampoco se pierde nada. Siempre y cuando descubra cuáles son sus principales yo debo, cómo contribuyen a su perturbación y que puede hacer por cambiarlos, ¡ya es suficiente!

Sea cual sea la “fuente original” de sus perturbaciones, ahora se encuentra a su merced. ¿Qué va a hacer ahora para aliviarlas? ¡Vuelva a las visiones profundas de la TREC n° 1,2 y 3! Compréndalas y utilícelas. Aquí están de nuevo, para una rápida revisión:

1. “No solamente estoy amargado, son que básicamente me amargo a mí mismo”.
2. “No importa cuándo y cómo empecé a perturbarme por las adversidades; todavía lo sigo haciendo”.
3. “La visión profunda no es suficiente. Sólo el mucho trabajo y practica me ayudarán a cambiar mis pensamientos, sentimientos y acciones autodestructivos”.

Fuente: Ellis, A.. (2003). Ser feliz y vencer las preocupaciones