TRASTORNOS DE CONDUCTA

Entendemos por conducta al conjunto de comportamientos observables que producimos las personas; las acciones y reacciones a través de las cuales interactuamos con los demás y con el ambiente que nos rodea. Intervienen tres factores fundamentales :

  1. Factores biológicos: fisiología, anatomía y funcionalidad cerebral, genética…
  2. Factores psicológicos: personalidad, experiencias vitales, actitudes, motivaciones, expectativas,
  3. Factores ambientales: familia, escuela, entorno social, recursos…
  4. Aprendizaje: habilidades y destrezas adquiridas, valores, normas y actitudes.

La intervención sobre los comportamientos problemáticos no puede centrarse exclusivamente en la persona (alumno, joven) que los produce, sino también, y muchas veces prioritariamente, en la(s) que responde(n) (docente, adulto).

Comportamiento problemático

  • Desde la perspectiva de la persona que lo muestra, es aquél comportamiento que, por su exageración, déficit, persistencia, o inadecuación, afecta negativamente a su relación con el entorno, interfiriendo en su desarrollo personal y afectando a su competencia académica, familiar y/o social.
  • Desde el punto de vista del entorno social, comportamientos problemáticos son las actitudes y hechos contrarios a las normas de convivencia que impiden en menor o mayor medida la existencia de orden y clima adecuados y dificultan cumplir las funciones propias de la institución.
  • Cualquier persona puede mostrar comportamientos problemáticos en determinados momentos; sin embargo, en algunas, constituyen su forma habitual de reaccionar e interactuar.
    La importancia de las consecuencias de los comportamientos problemáticos radica en que pueden:

     

    • Ser una fuente muy potente de estrés (para adultos y compañeros).
    • Generar aislamiento y exclusión social.
    • Llegar a amenazar la salud y la seguridad del que los muestra y de los que las sufren u observan.
    • Requerir supervisión continua: centrando la intervención en la conducta y sustrayendo los esfuerzos necesarios en otros ámbitos de enseñanza y aprendizaje.
    • Generar en los adultos respuestas coercitivas (no educativas) desmedidas y desproporcionadas (castigos, expulsiones…).
    • Empeorar si no se adoptan las medidas adecuadas.
    • Sin embargo, también pueden sernos de utilidad puesto que señalan qué es importante para el sujeto; qué necesita o qué carencias tiene (atención, seguridad, afecto).

Variables relevantes en la desarrollo del comportamiento problemático

  • Necesidades básicas y finalidad de la conducta.
    Todas las personas necesitamos satisfacer una serie de necesidades fundamentales: Amor, control, libertad y diversión ,fisiológicas, de seguridad, sociales, de reconocimiento y de auto-realización; si estas necesidades no son satisfechas mediante conductas e interacciones adecuadas, se buscará su logro mediante cualquier otra.
    Toda conducta ya sea adecuada o inadecuada, ocurre porque tiene un propósito o una finalidad para la persona que lo realiza.
  • Factores de riesgo y factores de protección
    Cuando un elemento, evento o situación aumenta la probabilidad de desencadenar un comportamiento problemático, constituye un factor de riesgo; cuando disminuye la probabilidad de desencadenarlos, constituye un factor de protección.

     

    • Factores de riesgo: Bajo nivel en C.I, retraso mental, comorbilidad, temperamento irascible, alta frecuencia y gravedad de conductas inadaptadas, problemas familiares (abuso, maltrato, abandono)
    • Factores de protección: elevadas habilidades de crianza u educación, personas de referencia próximas y estables, estabilidad económica y social de la familia, ambientes social y escolar seguro y fiable, expectativas positivas y atribuciones ajustadas, éxito escolar, presencia de conductas prosociales.

Reforzadores y consecuentes:

Es importante el efecto o la incidencia de las consecuencias que acompañan a la conducta problemática. Las consecuencias cuando son positivas adoptan un papel reforzador, mientras que si son negativas para el sujeto, actuarán como castigo. Las respuestas e intervenciones inadecuadas de los adultos ante una conducta problemática, en principio poco importante, hace que ésta aumente en frecuencia, intensidad y duración; a esta escalada la llamamos «efecto bola de nieve. Otro mecanismo que actúa como potente reforzador de las conductas son las cogniciones, atribuciones y expectativas que el adulto posee (e inevitablemente muestra) sobre los niños-jóvenes. Estas expectativas modulan el clima de relación interpersonal y condicionan el comportamiento y rendimiento de las personas. Es lo que se viene a llamar «la profecía auto-cumplida» o «efecto Pigmalión».

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